martes, 13 de diciembre de 2016

REGALO DE NAVIDAD

Me puse a escuchar la nieve. Hacía mucho tiempo que lo deseaba, pero el ruido del despacho que acababa de abandonar no me lo permitía. Me senté en el suelo. Puse mi oído sobre la nieve. Sentí una sensación extraña, porque no hacía frío. Una luz permanente iluminó toda la calle. Entonces levanté mis ojos hacia el cielo y vi la luna. ¡Qué bella! ¡Seguro que deseaba transmitirme algún mensaje! Ya no podía oir la nieve, pero el reflejo de aquella luz era como un sonido permanente. No sé cuánto tiempo pude estar así. Cuando me acercaba a casa me di cuenta de que llevaba las manos vacías, sin regalos, y además era ya muy tarde. Les expliqué lo que había sucedido y decidimos subir al tejado, que también estaba lleno de nieve. ¡Vaya que la escuchamos! ¡Y navegamos en la luz de la luna entre las estrellas! ¡Menuda mensajera! Desde entonces mi familia es mi mejor regalo. Y lo intercambiamos a la perfección. josé Serna Andrés