lunes, 17 de febrero de 2014

LA PERSONA HA MUERTO

Llevábamos un siglo preguntándonos por la muerte de Dios. Esa gran pregunta ha tenido respuestas pequeñas y, de tanto preguntar, ha dejado de ser una cuestión relevante. Aunque, claro, muchos pensamos que el dios que ha muerto es el dios que vigila, que controla, que quita la libertad, que justifica el hacer daño al enemigo, mientras el Dios vivo, resucitado, es el misericordioso, que perdona siempre. De todas formas, a muchas personas les da lo mismo. Y, lo que es peor, también les da lo mismo la muerte de la persona. Porque no es vida aquella que es ajena al sufrimiento ajeno, aquella que justifica todo daño, directo o colateral, aquella que es indiferente a todo cuanto nos rodea, a excepción del propio ombligo. Si somos seres sociales, y en la medida en que nos relacionamos con otras personas vivimos la auténtica humanidad, cuando rompemos la relación positiva vivimos la muerte. La persona ha muerto. Fin de la historia.

No hay comentarios: