martes, 17 de mayo de 2011

VOTAR O NO VOTAR

No se trata de una cuestión intrascendente. Las luchas para obtener el voto han sido muy necesarias y muchas personas han muerto en el intento. Todavía hoy, en muchos países del mundo, no se puede votar libremente a la opción que se desee. Del voto de los ricos al voto de los obreros, al voto de las mujeres, llegando al voto universal... se ha producido una conquista. Ya sabemos que hoy las tecnologías, los medios de comunicación, y sobre todo los mercados financieros, triunfan sobre la democracia y los estados cada vez se convierten más en el los estado del mercado, donde dictan sus leyes, que es algo así como una dictadura disimulada. Pero cualquier resquicio para dejar abiertas posibilidades de administrar la cosa pública con la máxima participación de las personas debe ser aprovechada. Hay situacíones en las que por un voto de una persona un partido consigue una mayoría para tomar decisiones que sonrojan a quienes tienen una percepción ética y solidaria de la vida. Pero es lo que hay. Y a veces dar el voto a un partido, aunque sea minoritario, es una forma de no dárselo, no votando, a quien va a tomar decisiones que nos sonrojan. En un país con tantos problemas hay razones para no votar, pero también para ejercer el voto con dignidad. Y eso es posible hoy.

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