viernes, 25 de junio de 2010

ALTERIDAD CONCRETA

El tema de la alteridad representa la cuestión humana fundamental. Si yo hago daño a los demás pierdo mi dignidad humana y atento contra la dignidad humana de las demás personas. En el mundo animal, a pesar de afirmaciones en sentido contrario, existe el maltrato y la depredación con el fin de conseguir la supervivencia o mantenerse en primer lugar dentro del grupo. Entre las personas humanas hay quien ha asumido la alteridad en sentido abstracto y lucha por un mundo mejor. Grandes palabras, grandes acciones. Pero en esas grandes palabras y acciones a veces se pasa por encima de al alteridad concreta, lo que el lenguaje evangélico menciona como el prójimo, o el próximo. Ningún gran objtivo puede quitar la dignidad de una sóla persona humana. Y en ese sentido nos encontramos con una contradicción, pues suponemos que para conseguir grandes objetivos hay que realizar sacrificios de otras personas, aun atentando contra la dignidad humana. Pues esa es la tarea imprescindible en nuestro mundo. Y no es que precisamente estén resueltos los problemas de las guerras, del hambre y de la pobreza, ¡Qué grandes palabras!, sino que ni siquiera hemos comenzado a entender a quien está a nuestro lado como próximo, como prójimo, todo lo más como otra persona con la que debe competir, o como cliente, o como víctima. En fin...

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