lunes, 4 de agosto de 2008

POESIA

Es un respirar con el corazón sobre los pies del sentimiento y la lucidez de la tierra que pone los ojos en el firmamento para situarse con clarividencia. Así emergen los sueños, las paradojas, las alucinaciones, las expresiones que hablan de lo que no se puede hablar y desvelan el misterio o, al menos, se sientan a su puerta para escuchar el eco de sus ondas expansivas. Así desaparecen el yo y el mundo, no porque se desinteresan de las personas, sino porque se desvelan para radiografiar la profundidad de lo que es, de las presencias, de lo que de verdad importa, para deslizarse sobre las aguas inquietas del pensamiento-sentimiento en una polifonía de colores, sonidos, ayes y suspiros. Así es posible encontrarse en la antesala de lo que se va a escribir, aunque eso no quiere decir que de verdad se escriba, con mayúsculas, quiero decir.

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