MALOS TRATOS

La epidemia va por dentro. Las catástrofes de la naturaleza son terribles, pero hay algo en nuestro interior que desea manifestar superioridad y trata a otra persona, un niño o una niña, una mujer, a veces también un hombre, como un objeto. Y eso duele más que las catástrofes. La igualdad de derechos, la igualdad de género, el respeto, la tolerancia... reciben su nutrición desde la infancia. Hay personas infelices que tratan de salir de su infierno convirtiendo la vida ajena en más dolor y humillación. Las leyes, sí, tienen mucho que decir, pero el vaso de una convivencia más humana lo vamos llenando gota a gota, todas las personas que convivimos. Es difícil que alrededor de un maltrato nadie se haya enterado, absolutamente nadie. Y es fácil comprobar que ya lo sabía mucha gente de alrededor, y no hacía nada, absolutamente nada. Gota a gota se destruye, se construye, hasta la piedra. Mira las estalactitas y las estalacmitas.